Con un libro cuyo título tiene más de publicitario que de fiel, Chuck Palahniuk nos cuenta la historia de Rant Casey, un joven originario de los Estados Unidos profundos que busca respuestas en la gran ciudad. Pero, no hay que confundirse, no se trata de la historia de un tipo cualquiera que crece en su viaje. Es la historia de alguien, que quizás ha muerto, contada por todos aquellos que le conocieron.
Buscando una nueva fórmula para presentar una historia, alejándose de la reinvención del diario como hizo en Diario: Una Novela, o de la carta de suicidio convertida en grabación oral registrada en la caja negra de un boeing en su segunda novela publicada Superviviente, en esta ocasión Palahniuk recurre a un método más cercano a lo audiovisual que a la literatura: a los testimonios. Basándose en la tradición oral como fuente narrativa y adentrándose por primera vez en la ciencia ficción, el autor de otros títulos como el Club de lucha, nos cuenta la vida conocida de Rant. En esta concentración de testimonios cuestiona las tradiciones sociales establecidas atacando su origen y su objetivo. Hace sentir las relaciones personales como actividades individualistas en colectivo, eso sí, siguiendo una lógica total y absoluta que nos mostrará cuando creamos saber algo para demostrarnos que no sabemos nada. Nos lleva a lugares vistos por todos millones de veces y en millones de historias para presentarlos como jamás antes, para darles de nuevo a luz. Nos despierta la curiosidad por personajes por los que luego sentiremos aversión, y nos suscitará fascinación por aquellos que nos eran indiferentes. La historia transcurrirá con cierto entendimiento hasta que Rant llegue a la ciudad y empiece a practicar la choquejuerga, una cultura juvenil que simboliza la dicotomía de una sociedad ficticia, aunque con tintes reales, actuales y reconocibles. En síntesis, coge todo aquello que creemos conocer y le da un sentido y una dirección que nos despierta de nuevo la curiosidad, por mucho tedio que experimentemos sentados en el autobús de camino al trabajo o al levantarnos por la mañana.
En Rant, prácticamente, logra de nuevo su brillante prosa minimalista alcanzada en Nana y Asfixia y que descifra en su curso de escritura minimalista al que todos podemos acceder a través de su página web, siempre y cuando nos registremos y paguemos una cuota de socio. Una manera de escribir que omitió en sus últimos libros Error Humano y Fantasmas, quizás por ese objetivo que se ha marcado de ser el Stephen King del S.XXI y escribir un libro al año, cueste lo que cueste.
Eso sí, que nadie espere comprender totalmente nada al final, disfruten del paseo y no tengan ninguna pretensión.
Y si es su noche de bodas, cojan un taxi.
Buscando una nueva fórmula para presentar una historia, alejándose de la reinvención del diario como hizo en Diario: Una Novela, o de la carta de suicidio convertida en grabación oral registrada en la caja negra de un boeing en su segunda novela publicada Superviviente, en esta ocasión Palahniuk recurre a un método más cercano a lo audiovisual que a la literatura: a los testimonios. Basándose en la tradición oral como fuente narrativa y adentrándose por primera vez en la ciencia ficción, el autor de otros títulos como el Club de lucha, nos cuenta la vida conocida de Rant. En esta concentración de testimonios cuestiona las tradiciones sociales establecidas atacando su origen y su objetivo. Hace sentir las relaciones personales como actividades individualistas en colectivo, eso sí, siguiendo una lógica total y absoluta que nos mostrará cuando creamos saber algo para demostrarnos que no sabemos nada. Nos lleva a lugares vistos por todos millones de veces y en millones de historias para presentarlos como jamás antes, para darles de nuevo a luz. Nos despierta la curiosidad por personajes por los que luego sentiremos aversión, y nos suscitará fascinación por aquellos que nos eran indiferentes. La historia transcurrirá con cierto entendimiento hasta que Rant llegue a la ciudad y empiece a practicar la choquejuerga, una cultura juvenil que simboliza la dicotomía de una sociedad ficticia, aunque con tintes reales, actuales y reconocibles. En síntesis, coge todo aquello que creemos conocer y le da un sentido y una dirección que nos despierta de nuevo la curiosidad, por mucho tedio que experimentemos sentados en el autobús de camino al trabajo o al levantarnos por la mañana.
En Rant, prácticamente, logra de nuevo su brillante prosa minimalista alcanzada en Nana y Asfixia y que descifra en su curso de escritura minimalista al que todos podemos acceder a través de su página web, siempre y cuando nos registremos y paguemos una cuota de socio. Una manera de escribir que omitió en sus últimos libros Error Humano y Fantasmas, quizás por ese objetivo que se ha marcado de ser el Stephen King del S.XXI y escribir un libro al año, cueste lo que cueste.
Eso sí, que nadie espere comprender totalmente nada al final, disfruten del paseo y no tengan ninguna pretensión.
Y si es su noche de bodas, cojan un taxi.
http://www.chuckpalahniuk.net/ (Página web oficial del autor)
http://www.chuckpalahniuk.es/ (Página web oficial de Rant)
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