sábado, 5 de abril de 2008

Los falsificadores




Todos estamos bastante cansados de historias sobre el nazismo, concretamente sobre su brutalidad y maldad. Hemos visto tantas películas sobre ello que cuando nos hablan del tema creemos saberlo todo. Miramos a otro lado y escupimos. Y la película de Los falsificadores no aporta nada nuevo. Tampoco revela ninguna "verdad", ni se trata de una obra maestra, pero es de las películas que hay ahora en taquilla que no nos perseguirá por haber pagado para verla.
Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, se encontró un camión cargado de billetes de dólar falsos, réplicas que querían colocar los Alemanes en el mercado estadounidense para desestabilizarlo. En Los falsificadores los creadores de esos billetes son un grupo de judíos localizados de entre todos los deportados a campos de concentración. Personajes de diversas clases sociales como judíos burgueses, obreros, delincuentes... que trabajan juntos por salvar el pellejo, aunque a cambio reciben ciertas gratificaciones como camas mullidas, ropa limpia, una mesa de Ping Pong... mientras a una pared de distancia la situación es otra bien distinta.
Una historia sencilla y que no ahonda en el drama personal de los personajes; las pinceladas justas para trazar la historia, y en la que los intereses individuales y colectivos entrarán en conflicto para hablar de temas universales en un contexto por todos reconocible. Conflictos manifiestos tanto en un bando como en otro.
A todo esto hay que sumar una fotografía impecable e idónea para una historia bastante interesante. Quizás faltan minutos de metraje, pero nada de lo hay sobra.

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